sábado, 26 de marzo de 2011

Coup de Coeur # 4 - Bella figlia dell'amore

Perdonad si me pongo en modo Carlitos Alcántara por un rato. Vamos a la mitad de los ochenta más o menos, por aquel entonces los mandos a distancia de los televisores, si la tele de la casa lo tenía, eran de una simplicidad extrema: dos o tres botones a lo sumo. El zapping no era todavía deporte de competición ni rellenaba la programación de 56 cadenas, más que nada porque sólo había dos: la primera y la segunda (que alguna gente seguía llamado “el u-hache-efe” o “elguachefe”). Con aquel estado de cosas, se veía lo que había en alguna de las dos cadenas, así que en mi casa veíamos una serie sobre la vida de Giussepe Verdi.


Recuerdo el primer episodio vagamente. Hablaba de la infancia del compositor, de su nacimiento en una familia campesina con pocos recursos y de cómo su talento es reconocido de jovencito y enviado a Parma a estudiar. Y aquí acababa, y empezaban los títulos de crédito. Y aquí sucedió.


Sucedió que empezó a sonar el “Bella Figlia dell'amore” y quedé impactada y enamorada de la ópera para siempre. Esta pieza, que también es conocida como el concertante de Rigoletto, pues a Rigoletto pertenece, es la que desencadena el final trágico de la obra. Esta ópera, basada en una obra de Victor Hugo, cuenta las desventuras de Rigoletto, bufón del duque de Mantua. Rigoletto es un hombre deforme, y un tanto amargado, que trabaja divirtiendo al duque, un mujeriego sin remedio. Rigoletto, además, tiene una hija a la que mantiene oculta, preocupado por los modos depredadores de su amo. Pero el duque, disfrazado, conoce a Gilda, la hija de Rigoletto, la enamora y seduce para luego abandonarla. Ella loca de pena, sigue al duque, seguida a su vez por su padre y se lo encuentran en una taberna intentando ligarse otra mujer. El concertante es ese momento, momento en el que cuatro personajes cuentan, cantando, sus intenciones: el duque intenta seducir a Madalenna, Madalenna le medio da largas, Gilda llora su dolor, mientras que Rigoletto clama venganza. La belleza de la pieza es que los en muchos momentos en los que los cuatro cantan a la vez se puede distinguir la voz y los sentimientos de cada uno. Una pieza preciosa.




En el video que añado, el duque es Luciano Pavarotti, joven y en su plenitud de facultades vocales. Gilda es Joan Sutherland, no tan joven, pero una Gilda de referencia.

6 comentarios:

Laia dijo...

Aaaa, Verdi! Yo también miraba esta serie me encantaba, la veia siempre en casa de mi abuela, y todo que yo era muy pequeñaja y no entendia nada de opera y sigo sin entender, me tenia maravillada. Siempre que se habla de opera me viene a la mente la serie, no lo puedo evitar, lo fuerte es que pensava que era la única que la recordaba, mis amigos no la veian.

rosalia dijo...

El postre perfecto para un domingo.
Maravilloso!!

Marta dijo...

Bravisimo!!!, Grandes cantantes i Rigoletto una de mis preferidas.jj

elsenyordelosganchillos dijo...

Yo tengo la serie Verdi y todos los veranos me hago un pase. No tiene desperdicio!!

Nosotros hicimos Rigoletto en noviembre y nos dio pena cuando acabo. Tiene unos pasajes increíbles.

Aninia dijo...

No soy amante de la ópera, creo que no sería capaz de ver una obra completa, aunque tampoco lo he intentado nunca, la verdad, pero escuchar algunas piezas sueltas me gusta.
Creo que ver una ópera en según que escenarios debe ser realmente emocionante.

maria dijo...

He llegado a tu blog desde portal de labores y en el paseo me he encontrado una de las cosas que más me emocionan, un aria de opera por Luciano Pavarotti, para mi es inigualable,y hay una que cuando la escucho la tengo que poner varias veces "Parigi o cara" de La Traviata,estoy segura que si se la hubiese oido cantar en directo hubiera llorado a moco tendido,algunas veces lo hago cuando la oigo.
Desde aquí he saltado a youtube y me he pasado como tres horas haciendo ganchillo mientras escuchaba a Pavarotti.Así que un millón de gracias por el buen rato que he pasado.
Claro que ya me he hecho seguidora de tu blog porque si además de las labores compartimos el gusto por la opera que más se puede pedir.Un Beso Maria